Marineros Afro-Hondureños
tienen unos Problemas Especiales
(Parte 1 de
3)
Escrito por
Wendy Griffin
“Antes los
marineros garífunas eran los marineros mejores del mundo”, comienza el video en
el Internet sobre la vida del cantante
garífuna hondureño Aurelio Martínez, “La Aventura Garífuna”. Honduras tiene el
segundo número más grande de marineros
de la mercante marina registrados en el mundo, después de Filipinas, y antes
muchos eran procedentes de dos de las etnias afro-hondureñas --los
garífunas y de los negros de habla inglesa. Esto es bastante increíble tomando
en cuenta que solamente hay 8 millones de personas en todo el país de Honduras,
o sea como cerca de la población de la ciudad de Nueva York.
Los Garífunas
son descendientes de indígenas caribes y arahuacos de la Isla de San Vicente quienes
se formaron familias con africanos que llegaron a la isla de diferentes
maneras, incluyendo naufragos y escapando en balsas desde Barbados donde ellos trabajaban como esclavos para los
ingleses. Después de perder dos guerras
en contra de los Ingleses, los Garífunas fueron exilados a Honduras en 1797. Muchas
de sus comunidades tradicionales están cerca a los puertos principales que las
compañías bananeras en Honduras—Puerto
Cortés, Tela, La Ceiba y Trujillo. Muchos hombres garífunas vivían de la pesca
antes de incorporarse al trabajo de las compañías bananeras.
Los negros
de habla Inglesa llegaron a Honduras de diferentes islas como Gran Cayman y
Jamaica o países vecinos como Belize y
Nicaragua, principalmente en el siglo 19 después que terminó la esclavitud en
sus países de origen, y continuaron de llegar durante la bonanza bananera al
comienzo del siglo 20 en la Costa Norte de Honduras. Ellos también se asentaron
principalmente en los puertos de la Costa Norte, además de las Islas de la
Bahía en Honduras y muchos también fama de ser pescadores y navegaban en el mar
en pequeñas embarcaciones llamados “dory” o “skiff”. Actualmente estas dos etnias afro-hondureñas forman
aproximadamente 3% de la población de Honduras,
pero todavía hay docenas de comunidades en Honduras donde estas etnias
forman la mayoría de los habitantes.
Los
Garífunas en la Segunda Guerra Mundial
Antes que
se comenzaron construir los ferrocarriles de las compañías bananeras hondureñas,
los Garífunas y los negros de habla inglesa, la mayoría de estos últimos vivían
en Islas de la Bahía al norte de la Costa Norte de Honduras, eran activos en el
siembro, cosecha y venta de bananos. También los reclutores para construir el Canal
de panamá llegaron hasta las puertas de
sus casas buscando quien construir el canal de Panamá que se terminó el mismo
año que comenzaron entrar las compañías de ferrocarril en Honduras. Cuando
entraron las compañías de ferrocarril que construyeron los puertos de Puerto
Castilla, La Ceiba, y Tela y utilizaron el puerto de Puerto Cortes, los
Garífunas y los Negros de habla inglesa formaban parte importante de su mano de
obra, particularmente en los Puertos, por ejemplo de sacar los racismos del
tren y subirlos a los barcos y en la corte de caoba que se utilizó para todo
desde los barracones hasta los rieles y aun los mismos vagones del tren.
Después de que la compañía bananera United
Fruit, dueño de la Truxillo Railroad, comenzó de cerrar sus operaciones en
Honduras nororiental, que en 1942 eran mínimas,
los hombres garífunas comenzaron a trabajar como marineros o marinos
mercantes especialmente para las compañías bananeras como la United Fruit
(actualmente Chiquita) y la Standard Fruit (ahora parte de Dole). Había escasez
de marinos blancos de origen estadounidense debido a la Segunda Guerra Mundial
y por esta razón dieron chance a los negros Garífunas e Isleños para ser
marineros.
Por hablar
inglés desde la década de 1950, muchos negros de habla inglesa de Honduras
trabajaban en los barcos cruceros de turistas, alcanzando buenos puestos como
purser. Muchos marineros Garífunas se especializaron en la cocina, ya que era
costumbre de las mamas garífunas de enseñar a sus hijos como cocinar, si acaso
estaba enferma la esposa, pero también a veces trabajaban de saloonman
(mesero), seguridad o de limpieza.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los barcos
de la Standard Fruit y la Grande Flote Blanco de United Fruit junto con todos
sus tripulantes hondureños fueron utilizados como barcos de transporte para
apoyar las fuerzas armadas de los EE. UU., por ejemplo en el Mar Pacífico. Mi
amigo hondureño garífuna Sebastián Marín dijo que el como marinero de la United
Fruit/Worldwide Shipping estaba en Pearl
Harbor apoyando las fuerzas armadas de los Estados Unidos durante la guerra y
que muchos de los hombres garífunas de su época de Trujillo había sido en los
barcos durante la Segunda Guerra Mundial así. A pesar de su nombre “Great White
Fleet”, a veces era necesario pintar los barcos de color gris para que pasaran
sin ser observado por los japoneses o por los submarinos alemanes, observó
Sabas Whittaker, un hondureño de familias de garífunas y negros de habla
inglesa y anteriormente un marinero del mercante marina.
Estos marineros Garífunas tienen derecho de
ser incluidos en la lista de los nombres de los veteranos de la Segunda Guerra
Mundial en el memorial a estos en Washington, DC, pero generalmente no son
tomados en cuenta. Otros Garífunas de
Honduras y Belice ayudaron con el
trabajo en la Zona del Canal de Panamá o en una base naval de EE.UU. en
Puerto Castilla, Honduras, cerca de Trujillo durante la Segunda Guerra Mundial
(Griffin y CEGAH, 2005). Los Garífunas y Negros de Habla Inglesa de Belice,
reclutado por los británicos, también lucharon juntos con los Aliados en contra
de las fuerzas de Hitler durante la
Segunda Guerra Mundial en Europa y en África del Norte (Avila, 2009). “Es hora
que se da reconocimiento a estos hombres marineros afro-hondureños que apoyaron la logística en
la Segunda Guerra Mundial. Este era la única manera de hacer llegar las cosas
en aquel momento,” dijo Sabas Whittaker.
La práctica
de utilizar marineros afro-hispanos del mercante marina como marineros durante
las guerras continua hasta nuestros días. Durante la guerra entre Inglaterra y
Argentina por las Islas Malvinas el
gobierno de Inglaterra utilizó los barcos de la Cunard Lines, una compañía de
origen inglés con barcos cruceros para turistas, para transporte de tropas y armas a las Islas Malvinas. El
hermano de Sabas Whittaker fue con el barco hasta que fue cambiado para ser
utilizado en la guerra, pero para ir a la batalla, solamente utilizaron
marineros británicos. Unos marineros
garífunas de Trujillo, Honduras, pero ahora ciudanos norteamericanos han ido
varias veces a Iraq cocinando como chef
en los barcos de transporte que llevaba los materiales para apoyar la
guerra en Iraq como el hermano de Rigo Calix de Trujillo. Son de la mercante
marina, no de la marina norteamericana, y son miembros de un sindicato para
marineros en los EE. UU.
Las
Familias de los Marineros Hondureños
Si el esposo
de una mujer garífuna es un marinero, implica muchas dificultades para
él y para su familia, porque el hombre está lejos de su familia durante 4-6
meses a la vez, y antes solamente dieron vacaciones una vez al año, según
cuentan los marineros viejos. Por
ejemplo, la mama del pintor Garífuna Herman Alvarez era muy estricto con el,
pero el cree que ella sentía mucho estrés ya que ella tenía que jugar el papel
de mama y papa mientras su padre trabajaba de marinero con la United Fruit. En
aquel tiempo los marineros solamente regresaban a casa una vez al año, en vez
de dos veces actualmente.
También el
trabajo de marinero es un trabajo duro, con 70 horas semanales mínimos y horas
extras frecuente, ahora con salarios relativamente bajos porque los barcos les
quitan parte de su salario para
alojamiento y comida, y sin beneficios. A un amigo garífuna fue ofrecido
recientemente trabajo de un marinero con contrato por $ 440/mes después de quitar el dinero para la comida y
el alojamiento con 70 horas de trabajo la semana y la posibilidad de tiempo
extra (overtime) pagado a $2.40 la hora . Según su exesposa, después de
trabajar un tiempo el ganaba más dinero, casi $1,000 a mes. Los salarios de
antes eran más altos de $1,500 a $2,000 al mes, reportaron ex-marineros
isleños. Cuando los viejos marineros Garífunas como Sebastian Marin comenzó a
trabajar, los sueldos eran extremamente bajos-hasta $1 al día.
También
parece ser un trabajo peligroso ya que varios de los garífunas de Honduras o
marineros de las Islas de la Bahía que he conocido, se han muertos como Otto un
Garífuna de Trujillo o han sido heridos en el barco, por ejemplo perdiendo la
vista de un ojo como el padre de Dorn Ebanks, un isleño, o casi de los dos ojos, Tomas Marín, un hijo
de Doña Clara Garifuna una Garifuna de Trujillo, con poca o ninguna
compensación.
Muchos de
los marineros hondureños han sido expuestos a asbestos en los barcos muchas
veces, pero los casos legales de ellos por daños causados por asbestos, que
generalmente causa problemas respiratorios incluyendo un cáncer muy letal, no
los atienden los cortes legales en los EE. UU.
Desconozco la razón legal porque los tienen en un “docket inactivo” (una
lista de casos inactivos, que el corte no está atendiendo.). Actualmente se ha
cambiado la manera que se paga la indemnización por enfermedades causados por
asbestos, entonces tal vez son eligibles para este dinero muchos familias de
marineros fallecidos por canceres causados por asbestos.
Puede ser que
no fueron atendidos legalmente antes por que los trabajadores no eran de
nacionalidad norteamericana y los barcos muchas veces navegan bajo banderas extranjeras
entonces no son considerados dentro de “empleados de compañías norteamericanos”
o como personas que caen dentro de la jurisdicción de las cortes de los EE. UU.
Aunque la economía de los EE.UU. se basa
en gran medida de las importaciones, nadie
piensa en la vida o las condiciones de trabajo de los marineros que nos
traen estos productos.
Están Cerrándose
las Puertas a Jóvenes Afro-Hondureños Pobres quienes quieren ser Marineros
(Parte 2 de
3)
De Wendy
Griffin
Antes fue
fácil conseguir trabajo de marinero para los garífunas y los isleños
hondureños. Unos comenzaron porque a través de un pariente o amigo, conseguía una carta de oferta de trabajo, como
un tío del pintor garífuna Herman Álvarez de San Juan, Tela, consiguió una
oferta de trabajo para el hermano de Herman Álvarez hace más de 30 años y este
hermano hasta hoy es marinero.
Otros como Sabas Whittaker se presentaron en
el puerto al capitán y el aceptó llevarlo.
Así lograron embarcarse muchos hondureños. Aun que originalmente fueron
embarcados principalmente Garífunas y Negros de habla Inglesa, luego los
mestizos de la Costa quienes hablaban algo de inglés también se fueron. Algunos
lograron hablar varios idiomas, conocieron países por todo el mundo, y algunos
eran cocineros excelentes. En Santa Fe, Honduras en Restaurante Caballero, un
viejo garífuna Pedro Cabellero, anteriormente un chef de un barco crucero tiene su restaurante, y
hay turistas internacionales de los EE. UU., Canadá, y Europa quienes llegan
allí solamente para probar su comida.
Si uno
tenía un buen record con la compañía bananera en sus barcos, ellos ayudaron al
marinero emigrarse con toda la familia, reportó Sebastian Marin, un Garifuna de
Trujillo. Según el libro de Afro-Centroamericanos en Nueva York de la Dra.
Sarah England, casi todas las familias garífunas ahora residentes en la Ciudad
de Nueva York comenzaron llegar a los EE. UU. a través de un familiar quien era
un marinero con la mercante marina. Según Dorn Ebanks, durante su niñez en Roatán,
Islas de la Bahía, toda una generación de hombres isleños se fueron a trabajar
internacionalmente de marinero como hizo su papa durante décadas.
El padre de
Dorn Ebanks, actualmente alcalde de Roatan, regresó a Islas de la Bahía pero otros
Isleños y Negros de habla Inglesa de la Costa Norte quedaron en los EE. UU. por
ejemplo en Brooklyn o Nueva Orleans. Antes los marineros Isleños construyeron
sus casas en Roatan o las otras Islas de la Bahía para ser capaces de regresar
a vivir allí, pero con la subida de los precios de los solares con el aumento
del turismo internacional de buceo, muchos marineros no logran encontrar como
construir una casa familiar en las Islas.
Ahora ponen
muchas trabas a los jóvenes Garífunas o Isleños pobres quienes quieren ser
marineros. Por ejemplo, exigen un curso
de marinero de una semana en Omoa, que cuesta casi $1,000 entre pasaje, hotel,
comida, la matricula, exigen la cedula de identidad hondureño y el pasaporte hondureño que hay que sacar en La Ceiba y por lo cual
hay que pagar, y la carta de embarcación
(Seaman’s book) que hay que sacar en Tegucigalpa que es gratis pero a
veces hay que pagar mordidas para sacarla, y la visa Americana que desde junio
2013 hay que sacar en El Salvador y por lo cual se paga $130 solamente para obtener
la cita sin incluir el viaje, y a veces no dan la visa.
También los
dueños de los barcos ahora exigen
terminar la segundaria y hablar inglés y aun idiomas europeos como italiano. No hay Institutos de enseñanza segundaria en
la mayoría de las comunidades isleñas y Garífunas y tampoco hay cursos de
hablar, leer y escribir inglés. También el Congreso Americano ha dictado leyes
que para ciertos tipos de barcos hay que usar cuídanos norteamericanos.
La falta de
la posibilidad de imigrar legalmente como marinero hace que la imigración
ilegal de varones jóvenes garífunas ha aumentado. En un articulo de
HondurasWeekly.com sociólogo canadiense Tim MacNeil estima que 50% de los jóvenes
garífunas entre 13 y 21 años han imigrado a los EE.UU. Ya que los varones no logran tener un buen
empleo como ser marinero, no pueden formar hogares estables y mantener a una
esposa y sus hijos. OFRANEH, la federación étnica de los Garifunas hondureños ha notado un aumento preocupante en la
imigracion de madres jóvenes y sus hijos. Las acciones del gobierno de Honduras
de despojar a los Garifunas de varias comunidades como Vallecito, Barra Viejo,
y Puerto Castilla también fomenta la imigracion a los EE. UU. Muchos de los que imigran tienen familiares
en los EE. U.U. pero después del ataque a los torres gemelos en Nueva York en
2001 los tranmites de imigración legal para la reuniónificacion de familias
tarda más de 10 años.
También
ahora después de 9/11 hay más dificultades para sacar la visa que solo lo dan
por un año. Hay casos recientes que unos Garífunas están trabajando como
marineros, se comportan bien, la compañía quiere que ellos se quedan
trabajando, pero en la mitad del viaje, el gobierno de los EE. UU. no les
renuevan su visa de marinero y tienen que regresar a Honduras donde dice no hay
fuentes de empleo ahora.
Marineros
Garífunas e Isleños Hondureños—Problemas de la Vejez y la Muerte
(Parte 3 de
3)
Los
marineros hondureños que son residentes en los EE. UU. y que no son ciudanos
estadounidenses generalmente no reciben pensión de Social Security por su
trabajo como marinero. Este puede ser por que la Empresa con que está
trabajando aunque que sale de puertos norteamericanos, la empresa no es
norteamericana. Por ejemplo, una empresa de vapores de la United Fruit era la
Empresa Hondureña de Vapores, una compañía hondureña, para asi pagar menos
impuestos y tal vez menos salarios. También puede afectarles que la bandera del
barco no es norteamericano. La mayoría de los barcos tienen banderas de
convenecia como Panama, en vez de donde sale del puerto. También
puede ser es porque ellos mismos no son norteamericanos. Muchos barcos
donde trabajan los afro-hondureños salen de Europa y así por supuesto no
corresponde una pensión en los EE. UU.
También les afecta si cambian de empresa a empresa cada año, dependiendo
donde consiguen trabajo, como pasó con el padre de Dorn Ebanks.
Tampoco
reciben pensión de las compañías dueños de los barcos aunque estas son
compañías norteamericanas como la United Fruit (ahora Chiquita). Antes era imposible la doble ciudanía en
Honduras, y por esta razón unos marineros garífunas como mi amigo Sebastian Marin no cambiaron su
nacionalidad aun que tenían los requisitos para hacerlo. Entonces sufren de
necesidad en su vejez después de trabajar 30 o 35 años en barcos en el exterior
los marineros garífunas e isleños y dependen de sus hijos o hijas, quienes
muchas veces se quedan en los EE. UU.. Marineros que se hicieron ciudanos a
veces tienen derecho a Social Secuirty cuando ellos se jubilan, pero siempre
depende de la nacionalidad de la compañía para quien trabaja. Antes que fue
legal la doble ciudanía en Honduras durante la Administración de Presidente
Ricardo Maduro, los jubilados garífunas que regresaron a Honduras con ciudanía
de los Estados Unidos tenían que salir del país cada seis meses por no gozar de
residencia en su país natal, como hizo Don Vilo un marinero Garífuna de
Trujillo cuyo hijo ahora vive en Atlanta.
Si le
Sorprenda la Muerte a los Marineros
Hondureños con Familia en Honduras
Unas de las
primeras organizaciones de afro-latinoamericanos eran organizaciones que
arreglaron a enterrar a un trabajador negro, si la muerte le sorprendió
mientras trabajaba fuera de su país o su pueblo natal. Ellos también se preocupaban por la familia
del muerto pero si un marinero hondureño o cualquier latinoamericano que se muera en los EE. UU. aun que sea
ciudano y tiene 29 años de trabajar en barcos de los EE. UU. como el caso del
esposo garífuna de Rosalina García de Trujillo, la familia y sus hijos menores
de edad no reciben nada de Social
Security, si la esposa y los niños no han vivido con el en los EE. UU. por
lo menos 10 años, legalmente casados.
Este
problema que la esposa no recibe nada de Social Security si muere su esposo
ciudano norteamericano, pero la pareja siempre han vivido en América Latina,
como ocurre en muchos casos cuando se casan norteamericanos jubilados con
mujeres latinas en América latina como en la Costa Norte de Honduras. A las esposas latinas de estos gringos
jubilados a veces han pasado a uno pobreza tremenda después que se le muere el
esposo de repente.
Problemas
de los Familiares para Arreglar los Asuntos personales de Marineros Muertos
El gobierno
norteamericano también muchas veces niega la visa a la familia de los marineros
garífunas muertos en los EE. UU., para que puedan venir a arreglar lo que dejó
de herencia a las esposas e hijas en Honduras o para que vayan a hacer los
transmites para trasladar el cuerpo del marinero muerto de los EE. UU. a
Honduras. Los garífunas creen que los muertos quieren ser enterrado en sus
aldeas nativas y si sus hijos o esposas no cumplen con este deseo pueden venir
a molestar a su descendencia con enfermedades y mal suerte el espíritu de
finado marinero y hasta puede aparecer en la playa de su pueblo natal el ataúd
del difunto quien murió fuera de su lugar.
El gobierno
de los EE. UU. también cancelan los tramites de visas de emigrante a la esposa
y los hijos de los marinos sorprendidos por la muerte antes que concluye el tramite
como el caso de Rosalina García. La
negación de visa para arreglar los asuntos personales de marineros muertos ha
pasado con Garífunas de alta categoría social y económica y política como Rosalina
García y Loyola de Sabio.
Lic. Loyola
de Sabio es una Garífuna originaria de Santa Fe, Colon, Honduras y maestra de
la Escuela Normal de Tegucigalpa con título universitario. Su esposo Ambrosio Sabio es titulado de maestro
de primaria y de abogado, ha sido presidente del Sindicato de los maestros de
primaria COLPROSUMAH, secretario de la Dirección Departamental de Educación de
Colon, director de Educación Bilingüe Intercultural de Educación Bilingüe
Intercultural al nivel nacional en dos ocasiones, candidato de diputado al
Congreso nacional para el Departmento de Colon por parte del Partido Liberal, y
ha sido Director de Educación Primaria
al nivel nacional. Cuando se murió el papa de Loyola de Sabio quien era
marinero con la United Fruit todo su vida, la Embajada Americana le negó la
visa para arreglar los asuntos personales de su papa y ella nunca logró ver el
testamento que el dejó o saber si el la dejó algo.
Este
problema que la muerte sorprenda a un marinero mientras el está en los EE. UU.
a veces da problemas serias entre los herederos quienes no cuentan con una
copia del testimonio de su finado padre u otro pariente. Al escuchar que se
murió su padre el marinero de la United Fruit en los EE. UU., Herman Álvarez
regresó a su pueblo natal San Juan Tela, y tomó posesión de la casa de madera
de su padre como el hijo mayor. Unos años después su hermano menor también
marinero le vino a disputar la casa, hasta llegando a correr con machetes los
dos peleando a machetazos para saber quien iba a quedar la casa, por no tener
un documento legal de su padre. Por el momento logró quedarse Herman Álvarez en
la casa, pero en otra ocassión que el no estaba en el pueblo por estar bailando
en Tegucigalpa con el Balet Nacional Folklórico Garífuna, su hermano el
marinero vino y le tumbó la casa, para que el no pudo vivir allá. Entonces a
tener más de 60 años, Herman regresó de Tegucigalpa al encontrarse sin tener casa propia a esta
edad. Es importante ser capaz de arreglar los asuntos de un pariente difunto,
aun si muera en los EE. UU. como ocurren a muchos marineros afro-hondureños.
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