Capítulo Tres- Doña
Clara como Victima de Hechicería y como Curandera
Yaya vivía en la casa
de sus padres en Cristales, Trujillo.
Por un tiempo se fue a trabajar en Olanchito. Se fue allí en tren. A pesar del hecho que era un tren de una
compañía gringa, se sentaban juntos los indios (como los Garifunas dicen a los
mestizos) y los negros. Yaya dijo, si
una india le miró montar en el tren, ella le decía, “Vengase señora. Aquí hay
asiento.”
Cuando regresó de
Olanchito, vivía con sus padres otra vez.
Ella comenzó a criar su familia.
Ella tuvo 5 hijos con el Señor Simeón Marín—Rudy, Tomás, Hipólito (Polo),
Mantua, y Juana Julia. Ella crió sola
sus hijos. No le ayudó el papá de los
niños.
Luego ella hizo su
propia casa cerca del cementerio con un patio grande. Era una casa embarrada con techo de
manaca. Ella sembraba sus dos milpas y
parteaba. No tuvo problemas con nadie. No tenía enemigos.
Ella no cerró con
llave su casa. Dejó abierta la ventana. Trujillo era sano. En su casa había una cama para ella y hamacas
para sus hijos. Ella les ponía sabana a
las hamacas para protegerles de los zancudos y ella dormía con pabellón. Antes
no había zancudos en Trujillo, solamente en Castilla y en Barranco. Pero los zancudos viajaban en el tren y ahora
hay zancudos en Cristales.
No toda la gente es
buena. Ella llegó a su casa. Ella miró un sucio sobre su cama. Pero ella
pensó que era sucio de la manaca. No
pudo dormir en su cama. Ella se sentó en
dos sillas. Sus hijos estaban durmiendo.
Entre dormida y
despierta, ella escuchó una voz. “Usted
no puede vivir en esta casa por que larga vida no tendrás.”
Cayeron tres personas
de la viga, una atrás otra. Eran
Melchor, Yolanda y Josefa. Este día se
aclararon. Estos eran los espíritus que
le cuidaban y que le ayuda como buyei.
“Larga vida no tendré? ¿Por qué?
Dijeron si vive en
esta casa larga vida no tendrá. La gente
va a decir que tiene tuberculosis.
Ella en la mañana
contó a su Mamá este sueño. Ella fue a vivir donde su Mamá otra vez. Con un espiritista ella descubrió que fueron
a tirar tierra de muerto en su cama.
Todos los días salió
en la calle a partear, hacer bien a la
gente. Ellos le hicieron mal por
envidia. Ella el día siguiente comenzó a
sentirse mal, pero siempre iba y venía.
Cuando ella caminaba a
su milpa, ella escuchó una voz, “Clara”.
Ella dijo, “Coma mierda. Yo vivo con Dios. No me hable. Sea mudo y sordo
si usted es un espíritu maligno.” Ella
llegó a su milpa. Ella hizo un fuego
para hacer humo. Ella cosechó ñames
blancos y ñam pan. A la una, ella vino con su comida. Era un espíritu maligno que le conoció el
nombre y quería matarle.
Otro día, ella sintió
que un hombre se cayó de un árbol. Ella dijo, “Yo soy diablo igual a vos.” Mas tarde ella se dio cuenta que era su primo
quien estaba chequeando para ver si ella tenía un buen espíritu.
Después de vivir en la
casa de su Mamá, se fue a vivir en La Ceiba. La gente dijo a su mama, “Su hija
tiene dos milpas y están listos para cosecharlas.” Les llevaron dos días para
cosechar las milpas de Clara.
Cuando ella vivía en
La Ceiba, ella trabajaba en la casa de
Godoy, dueña de la farmacia Gody. Se sentía
mal pero siempre iba y venía.
En sueño le apareció
su abuela. Ella no la conocía. Era la mamá de su papa. Era de Roatan, una isla al norte de la Costa
Norte de Honduras..
Ella dijo a Clara, “Óyame. Usted se siente mal. Alguien le ha hecho mal.” Ella le mostró a Yaya una planta en la
playa. Era un bejuco. Pero en aquel tiempo ella no creía en las
plantas. No le hizo caso.
Después de un tiempo
la abuela apareció en sueño otra vez.
“Oyame. Hágame caso. Usted anda mal.” Ella le mostró una planta en
la playa, este bejuco que se llama suiza. Ella le dijo, con este, añil,
limones, ruda y agua bendita ella se va
a curar. Hay que decir tres padres
nuestros un día viernes al medio día.
Clara fue a la playa y
encontró la planta que la abuela le mostró. Un viernes ella se bañó primero con
jabón. Luego machucó la planta. Se hizo
señal de la cruz. Dijo 3 padres nuestros
y se bañó con la planta, añil, ruda, y agua bendita. Con este se curó del mal. Se bañó 2 o 3 días así y estaba bien.
Después de este, ella
comenzó a estudiar plantas medicinales.
Ella ahora sabe más de 100 recetas de plantas medicinales, y es una
curandera con plantas medicinales bien conocida. Yo publiqué la mayoría de sus recetas de
plantas medicinales el libro “Los Garifunas de Honduras” (Griffin y CEGAH,
2006) .Unas ella aprende con otra gente, y otras los espíritus le enseñaban en
sueños. Le ha venido a buscar hasta desde Olancho, 3 horas al sur de Trujillo
en bus para hacer medicina. Cuando la
gente de Olancho vino, ella compuso una canción en Garifuna que dice, “Ha
vendido la gente de Olancho a buscar medicina donde mi. ¿Como sabían ellos que yo hago
medicina?” Ella ha compuesto 5 canciones
en Garífuna.
La mayoría de las
plantas medicinales de los Garifunas son conocidas también por los Ladinos,
pero los Ladinos las usan para curar otras enfermedades. Utilizan unas pocas
plantas medicinales de origen africano entre los Garifunas como pion (mesín en
garífuna) ya mencionado, zábila (aloe vera), ocro (neju en garífuna, okra en
inglés), sorgo (maicillo en América
Central), y café. Los ghaneses que vinieron a Trujillo dijeron que ellos
conocieron pion en Gana. Hay una planta a veces silvestre y a veces
cultivada con flores blancos o morados que los Ladinos le dice guajaca o
mulata, que los biólogos no saben si es originario de Madagascar en África o
América Latina, dijo el étnobiologo Paul House, que los Garifunas y los Ladinos
utilizan como medicina, por ejemplo para el diabetes. También usan plantas
medicinales que probablemente fueron
introducidos a África antes que vinieron los Garifunas a las Américas como zacate
té (tii en garífuna, lemon grass en inglés estándar, fever grass en inglés
isleño), rosa de jamaica (Jamaica Sorrel Tea en inglés isleño, red hibiscus tea
en inglés estándar), yuca y cocos.
Poco después de
curarse con el baño de la planta suiza, ella sintió mal, como un friíto. Fue donde
un primo quien era buyei, un chamán garífuna.
Le dijo, “Me siento mal.” El
primo le dijo, “Usted sabe lo que tiene.”
“No, no sé,” dijo Clara. “Es su abuela. Ella le dio la medicina y ahora está
cobrando. Ella quiere una misa.”
“No se preocupe por la
misa.” Se sintió mejor. Puso una misa en la iglesia católica donde le
llame al nombre del difunto, luego en casa puso una misa garífuna (lemessi) para su abuela con la bebida de
chocolate (de maíz tostado y molido con cacao) y pan, rezos católicos en
español de una rezadora garífuna, una
mesa de comida típica garífuna, tambores y bailes tradicionales Garifunas con
canciones en Garífuna. Luego se sintió bien.
Después este ella utilizaba plantas para curar la gente.
Su hijo Ruddy también
era victima de brujería. Mientras Yaya
estaba en Trujillo, ella soñó que ella entró en la casa de alguna gente. Había dos candelas prendidas—una alta como
los garífunas utilizan durante un novenario para un muerto y una chiquita. Ella
dijo, “Voy a apagar la alta, y deja la chiquita. Así hizo.” Ella contó a la gente este sueño. El día siguiente, la gente iba a
buscarle. “Jesús, que sueño. Su hijo Ruddy está grave en La Ceiba.” Ella fue a la tienda de Glynn y compró un
boleto de avión para ir a La Ceiba.
Ella llevó su hijo a
una curandera. La curandera dijo que su
esposa le ha dado dos tipos de hormigas bravas—rojas y negras y zompopos (para
que le sea fiel). Ella le dio un tratamiento, y luego le dio un purgante.
El dijo, “En mi casa nosotros acostumbramos tomar purgantes, pero este
se mira bien fuerte.” Yaya le convenció
de tomarlo. El estaba en el baño por
mucho tiempo, y necesitaba ayuda para volver a cama. El tuvo que tomar un reconstituyente durante
un mes. Muchos hombres Garifunas dejan
sus esposas o sus novias si ellos se dan cuenta que ellas se fueron a brujas
para hacerles fieles, pero todavía están juntos Ruddy y su esposa. Viven en Nueva York desde hace 25 años..
La Curación del Húmeru
Húmerus son pequeños y
parecen como gente. Ellos viven cerca de
playa. La hija de Doña Clara, Juana
Julia, los ha visto. Eran 4 gemelos—dos muchachas y dos varones. Ellos recolectan almejas y otros mariscos por
la playa. Si la mama come mariscos que
los húmerus tocaban, se enferma de ronchas rojas el bebé. Si se pone una crema en las ronchas,
reaparecen en otra parte del cuerpo.
Una vez miré a Yaya
curar un bebé que estaba mal del húmeru.
Primero, ella examinaba el bebé, e hizo unas preguntas a la mama. Luego
bañó la niña con jabón. Después ella
agarró una botella de vidrio de un octavo de guaro (aguardiente de caña de azúcar,
hecho en fábricas) y con un fósforo lo metió fuego. Se quemó solo un ratito, y
luego ella lo sopló y se apagó. Ella mezcló el guaro calentado con romero. Ella sobó al bebé con el guaro con el
romero. Así se quitaron las
ronchas. A veces uno tiene que repetir
esto dos o tres veces. También es
posible usar el agua de pimienta gorda hervida en agua para bañar un bebé con
húmeru o agregar pimienta gorda al romero y guaro. Las mamas de los bebés pagan a Yaya para
curar sus hijos o para partear y así ella compraba su comida.
Los húmeros también a
veces llevaron a los niños Garifunas para tener con quien jugar en la
playa. Antes era costumbre de las mamas
Garifunas de barrer bien su patio, para que los húmeros no les siguieran las
huellas de pies de sus hijos pequeños.
Según una leyenda garífuna una vez cuando los húmerus llevaron a un niño
garífuna, las ancianas y los ancianos se reunían en la playa y cantaban
canciones en garífuna por muchas horas para que los húmeros les devuelvan el
niño, pero nunca mas miraban al niño. (Griffin y Garifunas de Limón, sin
fecha).
Ella no solamente
utiliza plantas medicinales. Unos
animales también ayudan en la curación.
Por ejemplo, manteca de boa es buena para asma y para el pelo.
Si un niño tiene
calentura, puede ser que muera de la calentura, ella mata una gallina negra, la
abre, y lo meta sobre la barriga del niño amarrada. El día siguiente, si no se descompone la
gallina, el niño va a vivir. Si el pollo
yede (tiene un mal olor), el niño morirá. (Griffin y CEGAH, 2005).
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