Contexto Histórico de las Investigaciones Arqueológicas en
Honduras de William Duncan Strong
Revisado 3/12/18 (Bibliografía está incompleta.)n Parte I
Desde 1931 el arqueólogo estadounidense William Duncan
Strong (1899 - 1962) había sido un
antropólogo del Buro de Etnología Americana del Instituto Smithsonian, el Museo
Nacional de los EE. UU. (Solecki y
Wagley, 1962). La Institución
Smithsonian tenía el deber de “obtener colecciones que mostraban la historia
natural del país de los EE.UU. y específicamente la historia, los costumbres,
de los varios tribus de indígenas del continente norteamericano (Department of
Anthropology, sin fecha).
Antes de eso, él había sido el asistente del encargado de las
colecciones etnográficos y arqueológicos del Museo Field de Historia Natural (Cuddy,
sin fecha) que tenía colecciones de Copan Ruinas y también del Valle de Ulua. Después
que el Buró de Etnología Americana publicó el libro de Eduard Conzemius sobre
los Miskitos y los Sumus en 1932 (Conzemius, 1932), que tenía muchas pistas
sobre la arqueología de la zona entre el Río Patuca y el Río Paulaya, Dr. William
Duncan Strong decidió dar seguimiento de estas indicaciones de Conzemius con un
viaje de un arqueólogo profesional a la zona.
Strong llegó en Honduras en Trujillo en enero, 1933 para investigar la arqueología
de la zona nororiental de Honduras y de las Islas de la Bahía (Solecki y
Wagley, 1962). Los gastos del viaje fueron financiados por un estudiante de
antropología de Harvard quien accompañó a Strong en su viaje en la zona de la
Ciudad Blanca (Strong, 1934).
No sabemos porque el
gobierno de los EE.UU. permitió que el fuera a Honduras, específicamente a la
zona Tawahka cuando ellos acaban de publicar el libro de Conzemius sobre los
indígenas de la zona y su oficina aún no se interesaba por los indígenas
latinoamericanos en este tiempo. Pudo haber sido relacionado con la guerra en
contra de Sandino por el lado Nicaragüense de la frontera y sus relaciones con
los Tawahkas de Honduras. Simeon Gonzales del Estado Mayor de los Sandinistas
tenía vínculos muy fuertes con los Tawahkas (Lázaro Flores, comunicación
personal). Strong hizo una etnografía de
los Sumus (Tawahkas) durante su estadía por el Río Patuca, pero este no está en
sus papeles personales entregados por su viuda al Archivo Nacional de
Antropología del Smithsonian (Montgomery, 1966). Strong dijo que entre los
arqueólogos hace tiempo que habían escuchado rumores de grandes ruinas en
Honduras nororiental entonces el salió a buscarlas, y en parte saber si eran o
no eran Mayas (Strong, 1934).
William Duncan Strong era un arqueólogo profesionalmente capacitado. Era egresado de la Carrera de Antropología de la Universidad de California, Berkley (Solecki y Wagley, 1962). Había terminado su tesis de doctorado en 1926 (Cuddy, sin fecha). Él ya había trabajado en la arqueología en Perú, entonces ya hablaba español. (Montgomery, 1966)
A pesar de estar en la costa opuesta, el programa de Antropología de la Universidad de California, Berkley de donde era egresago Strong tenía vínculos con el programa de Antropología de Harvard, porque un profesor de arqueología de Harvard y Director del Museo Peabody de Harvard Frederick Ward Putnam, organizó la fundación de la carrera de antropología de UC-Berkley y su Museo. Federick W.Putnam era el director del proyecto de Marshall Saville en 1891 y otros en Copan Ruinas. El era el coordinador de recolectar las piezas arqueológicas y antropológicas para la Exposición Universal de Chicago de1893 (Putnam, Wikipedia), lo cual quedó como la colección permanente del Museo Field de Historia Natural de Chicago (Exposición Universal, Wikipedia).
Antecedentes de los Viajes de William Duncan Strong a Honduras Nororiental e Islas de la Bahía.
Es probable que Strong sabía de la publicación de Conzemius
en 1927 sobre la Ciudad Blanca. El Smithsonian tenía un fuerte programa de
intercambio de publicaciones científicas, entonces probablemente recibieron la
publicación de la Societé de Americanistes de Paris. El menciona a la Ciudad
Blanca de los Payas en su diario de campo mientras él estaba en Islas de la
Bahía. Más importantes eran las observaciones de Conzemius de montículos de
donde se sacaba piezas de alfararía, la presencia de hachas de piedras verdes pulidos, lugares de
muchos piezas arqueológicos de piedra quebrados, por ejemplo grandes metates y
vasijas cilíndricos de piedra (Conzemius, 1932), que tal vez eran ofrendas como
el alijo que se encontró en la Ciudad del Jaguar en 2015 (Preston, 2017) y lugares
de entierros. Conzemius también menciona
nombres en Nahua de artesanías Miskitos y Sumus, y nombres de lugares en
Nahua en la Moskitia Hondureña, (Conzemius, 1927, Conzemius, 1932) los cuales pueden ser indicaciones de quienes
construyeron estos montículos y dejaron las piezas de piedra quebrada.
Strong también sabía del trabajo del arqueólogo Herbert J. Spinden quien en 1924 había hecho una expedición al Río Patuca y al Río Plátano, reportando su experiencia en el New York Times y a la Sociedad de Americanistas de Paris. Spinden había traído un metate grande muy elaborado y vasija cilíndrica de piedra que quedaron en el Museo Peabody de Harvard. (La Ciudad Blanca, Wikipedia). Strong en su artículo de 1947 incluyó una foto del sitio arqueológico en la Moskitia por el Río Plátano que encontró Spinden que muestra los grandes metates y otras piezas de piedra tallada típica de la arqueología de la zona (Strong, 1947). Las ruinas de Honduras Nororiental, incluyendo la Ciudad del Jaguar, con frecuencia tienen muchos metates o piedras de moler grandes con sus respectivas manos (Preston, 2017). Se puede ver un ejemplo en el video “Search for Ciudad Blanca Spanish Version” en Youtube.com, (Búsqueda para Ciudad Blanca, Versión en español) y en Museos de la Costa Norte de Honduras como el Museo de la Fortaleza de Santa Bárbara, en Trujillo, Colon.
Herbert Spinden estudió la arqueología de América Central y el
identificó las ruinas cerca de San Pedro Sula, los de la Biosfera de Río Plátano,
la Costa de Choluteca, y bajando la Costa Pacífica de Nicaragua hasta la
penísula Nicoya de Costa Rica como la Área Chorotega. Sin
embargo, según el análisis de Wendy Griffin, comparando los sonidos del idioma
Chorotega, también conocido como Mangue, y las palabras Chorotega en un diccionario de Español
Chorotega, Chorotega-Español publicado en Costa Rica (Quirós Rodríguez, 2002) no se encuentra evidencia de nombres de
lugares en Chorotega en la Biosfera de Río Plátano en Honduras. Parece que
Spinden no logró diferenciar los lugares de hablantes de Nahua de los de habla
Mangue.
Anne Chapman (1960) pensaba que las áreas consideradas Chorotega en Honduras como en el Departamento de Choluteca eran de grupos de habla nahua. Los nahuas hicieron correr los Chorotegas del Golfo de Fonseca en el sur de Honduras, hacia Nicaragua, donde fueron desplazados otra vez por los Nicaraos de habla nahua, y terminaron principalmente en la zona noroccidental de Costa Rica. Nombres de lugares que probablemente eran en el idioma Mangue existen en el sur de Honduras como Liure, Duyure, y Nacaome. Doris Stone consideró Nacaome y Perspire de ser de origen Chorotega (Stone, 1947).
Para necesitar metates ceremoniales, uno necesita tener Dioses relacionados con el maíz, por ejemplo los Dioses Nahuas Nahuehue (el hijo del sisimite y una mujer, tal vez el mono-dios de la leyenda) o Quetzalcoatl, Hay indicaciones de estos dioses Nahuas en la Región de la Ciudad Blanca(El video “Search for Ciudad Blanca Spanish versión” en Youtube.com). Los Pech, los Tawahkas, yy los Miskitos no han reportado tener este tipo de Dios, aunque los Pech (Griffin, Martinez Escobar y Hernandez Torres, 2009) y los Tawahkas (Conzemius, 1932) siembran maíz. Los Nahuas deMéxico continúan la leyenda del hijo del sisimite que el seconvertió en Dios del Centro, y capitán de los 4 Tlaloques, los Dioses de Lluvia de los cuatro direcciones. Juntos este hijo del sisimite abrió la montaña de subsistencia donde una hormiga reveló estaba escondido el maíz, y el hijo del sisimite Nahuehue enseñó a la gente humana como sembrar milpa. Quetzalcoatl y el largato también son asociados con leyendas Nahuas de maíz y aparece tallado en metates de la Costa Nororiental.
Los metates ceremoniales más grandes con tres pies largos y sus patas y parte arriba tallada tal vez se utilizaron como tronos, como se ve representado en piedra tallada en la ruina mexicana maya de influencia tolteca Chichen Itza (Preston, 2017). Según Doris Stone, este tipo de metate grande con patas largas donde se puede sentarse existe en muchas partes de América Central (Stone, 1947). Según Conzemius los indígenas de la Moskitia hicieron en la década de 1930 bancos de madera con tres patas que parecieron a estos tronos de piedra tallada (Conzemius, 1932). He visto un banco de tres patas con una parte de madera plana encima rústica entre los Pech de Moradel (Indiano, Flores, y Griffin, 2017).
Strong probablemente no estaba buscando específicamente la
Ciudad Blanca, sino buscando, en general, si había grandes ruinas en Honduras
nororiental los cuales pudieron causar la leyenda de la Ciudad Blanca. Strong
mencionó en su informe sobre Islas de la Bahía que la famosa Ciudad Blanca de
las Leyendas de las Payas supuestamente se encontraba en las cabeceras del Río
Plátano, (La Ciudad Blanca, Wikipedia), región que él no visitó (Preston,
2017). Según los conquistadores de la
zona de Trujillo, había estatuas femininas de tamaño natural de piedra verde en
Trujillo, Olancho e Islas de las Bahía (Cortés,
) entonces había una buena posibilidad que las ruinas que Strong soñaba a encontrar en Honduras nororiental e
Islas de la Bahía, serán ruinas de la
misma etnia en estas tres zonas. En un
análisis de lo que encontró Strong combinado con piezas arqueológicas de otros
en Museos de los EE. UU: Thomas Cuddy cree que los sitios arqueológicos de la zona nororiental era
de la misma etnia que utilizó su
arqueología para crear una sola identidad (Cuddy, 2009). Al momento de la
conquista la zona de Trujillo de donde han sacado muchas piezas debido a la
prescencia de extranjeros relacionado con la Truxillo Railroad Company de la
United Fruit era controlado por lideres de habla Nahuas (Cortes, ).
Strong salió para la zona nororiental para saber si había
grandes ruinas allí, y en caso afirmativo, si eran o no eran Mayas. Si no eran
Mayas, ¿cuales eran las características de la civilización que las construyó?
Según sus colegas, eran investigaciones para saber las fronteras de la
civilización Maya, para saber las relaciones de los Mayas con los indígenas de
los bosques tropicales húmedos como los Pech o los Tawahkas, y los recursos en
la zona como fauna y flora que pudieron interesar a los indígenas
mesoamericanos como los Mayas y los Aztecas. Ellos también dijeron que parte de
la razón de su visita era conocer las culturas vivas de la zona nororiental de
Honduras (Solecki y Wagley, 1962 ) .
Strong logró encontrar resultados particularmente
relacionados con las rutas comerciales existentes en la región centroamericana,
no tanto con los Mayas de la época Clásica (300 a 900 DC), sino entre los
grupos de indígenas mexicanos, tanto en México, como los que habían migrado a
América Central conocidos por nombres como Pipiles, Nahuas, Nicaraos, Chorotegas, Cholulatecas, y los indígenas del Departamento de Cortés, en
la época posclásica (900 a 1500) y los grupos indígenas quienes habitaban la
zona de la Ciudad Blanca y sus zonas periféricas de los Tawahkas por el Río
Patuca y los Pech de la zona de El Carbón, Olancho.
El Posclásico, como indica su nombre, no era un tema de moda
entre los arqueólogos Mesoamericanos en aquel tiempo, ni hoy en día. Sin
embargo, ya que a Strong se interesó por un método histórico tal vez le gustó
verificuar lo que dijeron los conquistadores españoles. Hernán Cortés dijo en su carta al Rey de
España que había una provincia grande de mucha riqueza y mucha gente a 50
leguas de Trujillo que se llamaba Huehuetlapalan (Antigua Tierra de Tierra
Colorada en Nahuatl, el idioma de los Aztecas) o Xucateco (Ciudad Blanca,
Wikipedia). El también describió una ruta de comercio que bajaba de Veracruz en
México pasando por Naco al sur de San Pedro Sula, las Islas de la Bahía,
pasando por Trujillo, y bajando la Costa hasta Costa Rica y Panamá (Cortés, ).
Era lógico mirar a un mapa y pensar que la manera de llegar tierra adentro de
la Costa donde puede ser Huehuetlapalan sería bajar por el Río Patuca. Ya era conocido por varias publicaciones en
inglés que el Río Patuca era navegable en cayuco aún más al sur del Río Guampu
y que había cayucateros indígenas para ayudar a uno bajar al Río. La zona de
Patuca y del Valle de Agalta no eran tierras inexploradas cuando él viajó allí,
particularmente por que pudo aprovechar de lo que había reportado Conzemius.
El Viaje de Strong en Honduras Nororiental-Zona de Río
Patuca
Él llegó hasta el Río Patuca con el apoyo de la
Truxillo Railroad Company, subsidaria de la United Fruit, hasta la Laguna de
Ibans (donde está la comunidad Garífuna de Bataya) y luego con el apoyo
logístico de cayucateros locales. Él llegó al país con una visa extendida por
el embajador hondureño en Washington (Cuddy, sin fecha). Strong viajaba con dos
compañeros más—Allen W. Payne y Norman A. Haskell. (Montgomery, 1966) . Él tenía dificultad pasar por la aduana en
parte porque habían traídos armas de fuego desde los EE. UU.. Él tenía el plan
de cazar y pescar para obtener su comida durante su estadía en Honduras.
Finalmente después de telegramas a Tegucigalpa y la ayuda de las autoridades Hondureños
como el jefe político de Trujillo y el gobernador de Colon, él pudo comenzar su
viaje (Cuddy, sin ffecha ). En Trujillo
el compró cosas que pudieron servir como artículos de trueque con los indígenas
Tawahka-Sumus como jabón, tabaco en forma de hojas de tabaco, y cuentas de
vidrio (Cuddy, sin fecha ) que los Sumus utilizaron para collares y
decoraciones en sus brazos (Conzemius, 1932).
Según su diario de campo, el mapeó la zona donde viajó. Un
mapa de su viaje total—bajando el Río Patuca,
explorando un poco el Río Guampu,y el Río Cuyamel, bajando de Trujillo a
El Carbon y Juticalpa, hasta Tegucigalpa, y finalmente visitando las Islas de
la Bahía—Utila, Roatan y Bonacca (Guanaja) está en el libro de Doug Preston sobre
la Ciudad Perdida de Mono Dios (Preston, 2017).
Logró conocer los Tawahkas del Río Patuca quienes le
facilitaron unas piezas arqueólogicas (Cuddy, sin fecha), como un malacate
(palabra de origen nahua aún en uso en el español de Honduras) o volante para
hilar hilo y una piedra para golpear
corteza para hacer un papel nativo. El también excavó un montículo en Guanquibila por el Río Patuca
frente a la entrada al Río Guampú donde Strong encontró pedazos de alfaría roja
pintada con negro y un diente de obsideano (Strong, 1933) . El dijo en su artículo sobre arqueología
hondureña publicado en 1947 por el Buro de Etnología Americana en el
Manual de Indígenas Sur Americanos, Tomo IV, Tribus Circum-Caribes, que había
muchos montículos en Guanquibila (Strong 1947). El nombre significa camino al Wanks, o sea
el Río Coco.
A pesar de viajar en zonas Garífunas, Pech, Tawahkas, y Miskitas, Strong no trajo de regreso al Museo de
Historia Natural de la Smithsonian, artesanía indígena moderna de Honduras
(William Merrill, comunicación personal), algo muy extraño para un antropólogo
viajando a costo de un Museo estadounidense con una fuerte sección de
antropología. Hay una pequeña colección de artesanía Sumu nicaragüense de la
década de 1920 en el Museo de Historia Natural del Smithsonian (William
Merrill, comunicación personal). Durante
el tiempo de la visita de Strong al Río Patuca, compañías norteamericanas tenían interés de
hacer actividades económicas en la zona, como corte de madera, buscar petróleo
y oro, comprar hule, y expandir las actividades de siembro de bananos de
la Truxillo Railroad (Griffin, 1992).
Strong tuvo que salir rápidamente del Río Patuca por la
llegada de bandidos a la comunidad indígena donde ellos se hospedaron. Él contó que la zona de Patuca Media tenía
muchos refugiados indígenas Miskitos y Sumus procedentes de la zona de Río Coco
por que los Marines estadounidenses y la Guardia Nacional bombardearon las
comunidades indígenas de la zona, que el tráfico de pipantes por elRío Patuca
era como “Broadway”, una calle principal de Nueva York (Cuddy, sin fecha). En 1892 las fuerzas nicaragüenses habían
invadidos a la Mosquitia Hondureña, y no se retiraron de lo que es ahora el
Municipio Ramón Villeda Morales, fronterizo con Nicaragua y más comúnmente conocida
como la Zona Recuperada. El gobierno
nicaragüense estableció escuelas primarias en comunidades hasta el Río Kruta..
La zona entre Kruta y el Rio Coco pasó al control de Honduras en 1960 tras la
decisión de la Corte de la Haya (Griffin, 1992). Como no estaba decidida donde
estaba la frontera entre Honduras y Nicaragua a las alturas de la Moskitia en
aquel tiempo (Conzemius, 1932), había comunicación y movimiento de personas
libres entre la Moskitia Hondureña y la Moskitia Nicaragüense.
Las publicaciones preliminares que Strong hizo sobre estas
exploraciones de 1933 son muy cortas. Sobre Honduras nororiental la publicación
es de 4 páginas—Stong, William Duncan (1934) Hunting ancient ruins in
Northeasten Honduras Explorations and Fieldwork of the Smithsonian Institution in
1933, Washington, DC pp. 44-48 (
“Cazando ruinas arqueológicas en Honduras Nororiental exploraciones y Trabajo
de Campo de la Institución Smithsonian,
1933”, en Solecki y Wagley, 1962). Aún que su
diario de campo indica que mapearon la zona, no publicó un mapa con su
informe preliminar, pero sus notas de campo forma parte del Archivo Nacional de
Antropología del Smithsonian (Preston, 2017; Montgomery, 1966).
También aun que sus amigos dijeron que parte del propósito
del viaje era de conocer las culturas vivas de la zona (Solecki y Wagley, 1962).
Cuando el Buró de Etnología Americana más tarde publicó un artículo sobre
Jicaques, Pech, Tawahkas, y Miskitos vivos, no fue Duncan Strong quien lo
escribió sino Paul Kirchoff (Stewart,
,1947). No sabemos a qué conclusiones llegó en relación al comercio entre los
tribus de bosque húmedos y los Mayas o los Aztecas, pero Wendy Griffin ha
continuado de hacer este tipo de análisis lo cual se encuentra al final de este
artículo.
El Smithsonian ha publicado selecciones de su diario de
campo del viaje por Río Patuca donde excavó en Guaquibila y también de su viaje
de Trujillo a Conquire, Valle de Agalta, Olancho donde encontró lo que pensaba
era una fortaleza indígena de 4 montículos sobre una loma, lo cual se llama
“Floresta Mounds” en inglés. El encontró
cuentas de piedra verde cerca a Conquire, cabezas de hachas del tipo que los
olanchanos consideran piedras del trueno, y alfararía roja con tres patas
típica de la zona (Strong, 1933). Él
dijo en su artículo sobre la Arqueología Hondureña publicado en 1947, que el
encontró varios lugares con montículos que parece indicar asentamientos
prehispánicos a lo largo del camino entre Trujillo y Jutigalpa (Strong, 1947).
Según Robert Carnack elvalle de Olancho y el valle de Agalta eran zonas Lencas
con lideres de habla Nahua (Carnack, )
Al parecer Strong tomó muchas notas del campo (Preston,
2017) y llevó de regreso al Museo de Historia Natural del Smithsonian una
pequeña colección de artefactos arqueológicos de estas zonas (William Merrill,
comunicación personal), tal vez con la intención que un artista los dibujan
para el informe final,aun que elfue acompañado por un artiste holandés quien
dejó dibujos en su cuaderno de campo (Cuddy,
). En su diario de campo
mientras el sentaba al lado de Río Tinto en la Moskitia, el escribió sobre
una leyenda de la Ciudad Prohibida, que
esta ciudad tenía paredes blancos y alrededor había frutas frescas como palos
de naranjas, limones, y bananos. Pero si uno cominera de esta fruta, quedaría
perdido en la montaña para siempre. Él pensaba que era mejor dejar sin
investigar la Ciudad Prohibida, que mejor que quedara escondida (Preston, 2017).
En el camino de salir de la Moskitia, Strong se accidentó
cuando su fusil se explotó mientras estaba cazando patos en la región de Brus
Laguna, y salió de emergencia para el Hospital de la Truxillo Railroad en
Puerto Castilla. Perdió dos dedos, pero continuó su trabajo en Honduras para
otro 4 meses (Cuddy, sin fecha ).
El Smithsonian no tenía noticias de él durante el tiempo que
él estaba en Honduras nororiental. Publicaron que el ya no era empleado de
ellos por ausentarse tanto tiempo de Washington
( Cuddy, sin fecha). El Smithsonian había decidido de cortar su viaje,
supuestamente por decisión del gobierno de recortar gastos durante la Depresión
Económica, pero no sabían dónde él estaba en Honduras y no había manera de
contactarlo (Montgomery, 1966). Pero
parece que resolvió el problema cuando regresó a Washington, y continuó a
trabajar para el Smithsonian hasta 1937 (Solecki y Wagley, 1962).
El Trabajo de Strong en Islas de la Bahía
Su informe preliminar sobre el trabajo arqueológico en Islas
de la Bahía también es de 4 páginas—Strong, William Duncan (1934) An
archaeological cruise among the Bay Islands of Honduras. Explorations and Field
Work of the Smithsonian Institution in 1933, Washington, DC, pp. 49-53 (Un
viaje arqueológico por barco entre las Islas de la Bahía, Honduras.
Exploraciones y Trabajo de Campo de la Institución Smithsonian en 1933). Luego Strong terminó un informe más largo del trabajo de Islas de la Bahía—Strong,
William (1935) Archaeological investigations in the Bay Islands, Spanish
Honduras, Smithsonian Miscelleneous Collection, 92, Washington DC. (Investigaciones
Arqueológicas en Islas de la Bahía, Honduras Español.) Por lo menos una parte
de este está en el Internet en español.
Su informe sobre la arqueología de Islas de la Bahía tiene
muy buena información sobre los restos arqueológicos de la zona, que en mi
opinión, parece ser de la misma cultura que la zona Nororiental y la zona de la
Ciudad Blanca. En 1947 Strong advertió que pudo ser la misma cultura en Islas
de la Bahía y la Costa adyacente y que pude haber influencia mejicana en esta
zona (Strong, 1947). En su opinión,
estas ruinas no eran de la cultura Maya (Preston, 2017). Encontró
evidencia de una ruta de comercio de larga distancia con los Aztecas de México,
porque los indígenas de Islas de la Bahía utilizaron ciertos caracoles de mar
como bisoutería que solamente se encuentran en el mar Pacifico en el lado oeste
de México para hacer aretes. Encontró evidencia de armas, de bancos de piedra
tallada donde pusieron las calaveras y huesos de los muertos, probablemente de
los sacrificados. Este tipo de bancos para calaveras existen en ruinas
mexicanas también. Con la ayuda de un
nativo encontró un cristal de quartzo que el nativo identificó como “un
diamante” (Strong, 1935) que era uno de los
símbolos que los Toltecas dieron a los líderes indígenas bajo su control según
el Popol Vuh (Popol Vuh, Wikipedia).
Había dos clases de cerámica policromada en Islas de la
Bahía . No estoy de acuerdo con Douglas Preston (2017) que las excavaciones
aquí parece indicar hablantes de idiomas Chibchas como los Pech. En la época
colonial, parece que los españoles utilizaron la palabra “Paya” para indicar
casi cualquier indígena en Honduras nororiental y no diferenciaban entre los
indígenas de ciudades grandes con templos, y las aldeas de materiales
perdurables de los Pech. Existe un problema similar para la palabra “Jicaque”
en Yoro y Atlántida, donde existían grandes ruinas con Dioses y nombres de
lugar Nahuas y conchas de pelota, y los
humildes casas de materiales perdurables de los hablantes de Tol. Strong y
Doris Z. Stone advirtieron que los términos “Paya” y “Jicaque” pudieron ser
“términos provinciales”. Strong, en particular, advertió que no estaba segura
la relación entre la palabra “Paya” en documentos coloniales y los indígenas Pech modernos. El dijo que
Van Haagen pensaba que no todos los indígenas llamados “Jicaques” eran de la
cultura o etnia de los hablantes de Tol de la Montaña de la Flor, que Van
Haagen llamaron “Torrupanes” (Strong, 1947, Stewart, 1947).
Strong logró
identificar importantes elementos de la prehistoria de Islas de la Bahía antes
que esta información fue destruida por el desarrollo y la venta por menor a
marineros y turistas por los Isleños. Él hizo excavaciones en Islas de la
Bahía, por ejemplo estudiando unos entierros, (Strong, 1935) pero parece que su
investigación de la zona nororiental de Honduras era en parte por colecciones
de alfarería precolumbina en la superficie.
Según sus amigos, Duncan Strong dejó trabajos a medio palo en todas las
áreas que él trabajó (Solecki y Wagley, 1962).
Viaje de Strong a Honduras noroccidental
En 1936 Strong volvió a Honduras para explorar la relación
de Honduras noroccidental con las Islas de la Bahía, la zona nororiental, y con
la zona de Copan Ruinas. Esta vez escribió
otro artículo cortito de 7 páginas—Strong, William (1937) Archaeological
explorations in Northwest Honduras. Explorations and Field Work of the
Smithsonian in 1936, Washington, DC, pp. 75 a 82. (Exploraciones Arqueologicas
en Honduras Noroccidental. Exploraciones y Trabajo de Campo del Smithsonian en
1936). Pero en 1938 escribió un informe más completo sobre la arqueología de Honduras noroccidental con profesores
de Harvard—Strong, W.D., Alfred Kidder
II, and A.J. Drexel Paul Jr. (1938) Preliminary Report on the Smithsonian
Institution-Harvard University Archaeological Expedition to Northwesterrn
Honduras, 1936, Smithsonian Miscellaneous Collections, Vol.97, No. 1,
Washington, DC Informe Preliminar de la Expedición Arqueológica Institución
Smithsonian-Universidad de Harvard en Honduras Noroccidental, 1936) (Solecki y
Wagley, 1962).
Durante este tiempo él investigó a Naco y el valle de
Chamelecón (Montgomery, 1966). Veremos
en el ensayo sobre las Expediciones de la Fundación Heye, que el nombre de Naco
(lugar de Na en Nahua) puede indicar que este era la Ciudad del Mono Dios
(quien entre los Nahuas sería el hijo del sisimite con una mujer-Nahuehue,
Capitan de los Dioses de los Relámpagos y Trueño quienes abrieron la Montaña de
Subsistencia para dar maíz a los humanos, y luego enseñó a las personas como
sembrar milpa, según una Leyenda Nahua recopilado por Dr. James
Taggart—Taggart, 19 ).
Strong dejó de trabajar en el Smithsonian en 1937 para ir a
trabajar en la Universidad de Columbia de Nueva York, siendo el profesor de
Antropología Americana Loubat de este centro educativo. Le dice Profesor Loubat
por que un rico neuquino Joseph Florimond Loubat, coleccionista de arqueología y
libros mesoamericanos, dio dinero a Columbia para que se pagara el salario de
un profesor de antropología si fuera posible para siempre. Strong replazó a
Marshall Saville como Profesor Loubat de la Universidad de Columbia.
En 1948 Strong escribió el artículo sobre Arqueología
Hondureña “The Archaeology of Honduras” para la serie de libros publicados por
el Smithsonian en el marco de la política de amistad con sus vecinos en América
Latina “Handbook of South American Indians, Vol. 4” (Manual de Indígenas Sur
Americanos, Tomo IV). Editado por Julian Steward. Doris Stone también escribió
un artículo importante en este libro sobre las relaciones generales de la
arqueología de la zona nororiental de Honduras (metates grandes de piedra,
piezas de alfararía con pies alargadas) con la arqueología general de América
Central como fue reflejado en zonas no-mexicanizadas como por ejemplo, la zona
central de Costa Rica (Stone, 1947).
Parece que el dejó notas de campo de muy buena calidad (Cuddy,
sin fecha, Preston, 2017) y la pequeña colección de artefactos, particularmente
alfararía en el Smithsonian. Años
después un estudiante de doctorado Jeremiah Epstein logró utilizar las notas de
Strong y la colección de alfararía para establecer la secuencia de tipos de
alfararía en la zona nororiental (Epstein,
), sin ir a Honduras. Era de suficiente calidad que establecidas las
fechas para Honduras nororiental, era posible utilizar esta información para fechar
la secuencia de alfararía de la zona noroccidental, por ejemplos las Valles de
Sula y el valle de Ulua. Conocemos a través de la arqueología, la alfarería en
la zona nororiental e Islas dela Bahía de las épocas clásicas (300-900 AD) y
Posclásicas (900 a 1500), pero como dice Preston, hay un gran vacío de
conocimiento entre el tiempo de las Cuevas de Talgua , cerca de Catacamas,
Olancho y las .Cuevas de Cuyamel, cerca de Trujillo de 1,000 AC, y los sitios
arqueológicos de la época clásica (300-900 DC) en Honduras Nororiental
(Preston, 2017, Griffin, 1992). Parte de la causa de este vacío es que unos de los indígenas de la zona—los
Tolupanes, los Pech, y los Tawahkas hicieron casi todo de materiales que con
tiempo se deshicieron sin dejar huelles.
Strong y la Relación de los Militares Estadounidenses con
Arqueólogos y Antropólogos Durante la Segunda Guerra Mundial
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, en 1940 Strong era
miembro del Comité de Servicios a la Guerra de Antropología del Consejo
Nacional de Investigación. Este Consejo,
que estableció una Sección para Antropología y Psicología después de la Primera
Guerra Mundial, decidió quien recibió dinero del gobierno para financiar sus
investigaciones. De 1942 a 1944 Strong era Director de la Junta Etnogeográfica
(Ethnogeographic Board), una organización auspiciado en conjunto por el
Smithsonian, el Consejo de Sociedades de Sabios (Council of Learned Societies--la
organización que actualmente maneja las becas Fulbrights), el Consejo de
Investigación en las Ciencias Sociales, y el Consejo Nacional de Investigación
que servía de enlace entre las agencias involucradas en la guerra y los
académicos conocedores de recursos o grupos humanos y recursos naturales (en el
mundo).
(anthropology.si.edu/naa/guide/_s7-htm#jrg78). Strong había servido en las Fuerzas Navales
de los EE.UU. durante la Primera Guerra Mundial. Durante sus años de ser
profesor de Columbia participó fuertamente en las organizaciones profesionales
de la Arqueología y Antropología.
En la Primera Guerra Mundial el gobierno de los EE. UU.
utilizó arqueólogos en su servicio de inteligencia, en parte porque eran
personas bilingües y conocedores de
Ciencias Sociales. Por ejemplo, Marshall Saville sirvió en el Ejército en
Inteligencia en Europa durante la Guerra. Unos arqueólogos como Sylvanus Morley
y Herbert Spinden, Samuel Lothrop y su esposa, trabajaban en América Central
haciendo la arqueología y recolectando información para la Oficina de
Inteligencia Naval durante la Primera Guerra Mundial ( Browman, 2011). Cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, mucho
de la cual se desarrolló en zonas estudiadas por antropólogos y arqueólogos, el
gobierno norteamericano identificó maneras de aprovechar del conocimiento de
estos países y culturas que los académicos norteamericanos habían obtenido en
tiempos de paz y unos de sus enlaces para este tipo de trabajo era William
Duncan Strong.
Arqueología de Río Patuca frente al Río Guampú (Entrada a la
zona de ruinas de la cultura de la Ciudad Blanca)
El diente de obsidiana encontrado en los montículos de
Guanquibila-- Durante la época posclásica los indígenas Nahua hablantes como
los Pipiles, intentaron obtener un monopolio sobre las pocas minas de obsidiana
y controlar el comercio de larga distancia de esta piedra de origen volcánico.
Había minas centroamericanos de obsidiana en La Esperanza, Intibuca, y en Izalco, El Salvador. La mina en El Salvador Isatepe
(cerro de obsideano en Nahua), en la zona de Izalco (lugar de obisideano en
Nahua) donde viven los indígenas nahuaizalcos hasta hoy en día, fue donde se
asentaron los Nicaraos de habla Nahua en El Salvador. Luego subieron a Naco, y luego se trasladaron
a Trujillo. De allí, una parte continuó hasta Rio San Juan en Nicaragua, donde
había una comunidad el Desagüero. También de Izalco los Nicaroas salieron a
fundar pueblos Nicaraos en Nicaragua, particularmente frente a la Isla Omotepe
en el lago de Nicaragua. El nombre de Nicarao fue dado por los españoles a
estos indígenas en Nicaragua por el nombre de su cacique Nicarao (Fowler, Torquemada,
). Actualmente estos indígenas de Nicaragua se auto-identifican como
Nahoas.
La obsidiana no era una piedra nativa de la Moskitia. Los
indígenas centroamericanos y mexicanos utilizaron obsidiana para sus cuchillos
o navajas, pero también para el temible espada de caoba con dientes de
obsideano por ambos lados--la “macana”.
Los españoles coloniales reportaron que los indígenas olanchanos
tuvieron las macanas que ellos escondieron en la paja de sus techos, y los
bajaron en la noche e hicieron correr a los españoles. La palabra “macana” es
aun recordada en el español de Honduras en las palabras “macanear” (golpear
varias veces duro) y “macanazo” (el resultado dolorido de ser
macaneado).(Griffin, 1992). Se ha
encontrado dientes de obsideano del tamaño de una macana en la región de
Trujillo también, que están en el Museo Rufino Galan. Es interesante saber que
el comercio de la obsidiana se extendió hasta el Río Patuca a las alturas donde
se reúne con el Río Guampu, cerca a la zona de la Ciudad Blanca. La ruta de
comercio de larga distancia continuó pasando por Nicaragua (von Howald, ) y luego llegando a la penisula Nicoya en
Costa Rica.
Malacates- Malacates son muy recordados en nombres de
lugares en Olancho con una aldea cerca a Catacamas, una quebrada, una montaña
cerca a Culmí (IHT, COHDEFOR, y Cuerpo
de Paz, sin fecha) y el paso entre Dulce Nombre de Culmi a El Carbón (Helbig,
195?) , todos se llaman Malacate. Es una palabra que se utiliza aún en el
español de Honduras, tanto para los malacates para hilar como para un tipo de
pozo típico que se llama pozo malacate en Honduras. La palabra es de origen
Nahua.
Además que en la zona Tawahka, se han encontrado Malacates
de barro en sitios arqueológicos de la zona de San Pedro Sula, que están en el
Museo de San Pedro. Los Pech reportaron que utilizaron malacates para hilar
hilo también (Griffin, ). Las piedras
rayadas para golpear corteza para hacer papel también se han encontrado en la
zona de Trujillo, la zona de San Pedro Sula donde están en Museos, y en la zona
de Santa Bárbara. Un misionero en el Valle De Agalta, Olancho reportó en 1808
que miró ídolos con caras de papel de corteza de un árbol. Estos ídolos se
llamaron “tzikin”. Esta palabra entró al idioma Pech como parte de la palabra
para iglesia (sikinko-lugar del santo o casa del santo) y para santo
(sikin-santo). Los Pech no
utilizaron ídolos en su religión
tradicional. Parece que esta palabra
olanchana “tzikin” no tiene relación con la ceremonia Maya Chorti para el día
de los Muertos (tzikin, y palabras derivadas tzikineo, tzikinear que vienen de
una palabra Chortí para celebración), porque los santos entre los Maya Chortis
se llaman en español “nagualitos”, relacionados con los espíritus protectores
de una persona, los naguales.
Este tipo de papel de corteza aún se hace en México donde se
utiliza para cuadros de pinturas. En México generalmente se utiliza la corteza
del amate (palabra de origen nahua) para hacer este papel. Amat es el nombre Tawahka para la tela de la
corteza adentro del palo de tunu (palabra miskita). El papel se hace con la
corteza de afuera del palo (Leigh Thelmadatter, comunicación personal). Según el alemán quién escribió un libro enorme Mayagna (nosotros
en Sumu) sobre los Sumus, incluyendo los Tawahkas, y quien estudió el idioma
Tawahka, hay otras palabras derivados de Nahua en los idiomas Sumus, indicando
que si estaban en contacto con los Nahuas, probablemente para fines
comerciales. En su libro Mayagana, el
incluyó un mapa del autor nicaragüense
Jaime Incer de lo que el consideró era la ruta de Aztecas por Nicaragua.
Este pasó de aproximadamente de Trojes, El Paraíso en la frontera y bajó por la
zona Matagalpa y no la zona de Nicaraos y Chorotegas en la zona Pácifica de
Nicaragua. Este me sorprendió mucho por que el río entre Honduras y Nicaragua
en Choluteca es el Río Pochteca, que parece que viene de la clase Aztecas de
los comerciantes de larga distancia. Este rio es accesible del Río Patuca
bajando por Azacualpa (lugar del templo del Dios de los Pochtecas en Nahua) por
el Guallambre.
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